MILEI ACELERA LA CONSTRUCCIÓN DE SU PROPIO ESPACIO Y ENTIERRA A UN PJ QUE NO SE RECUPERA.
Javier Milei avanza en consolidar un nuevo oficialismo, con dirigentes propios, aliados de diseño y el debilitamiento progresivo de los partidos tradicionales. El peronismo, en particular, sigue sumido en una profunda crisis tras la derrota electoral de 2023 y no logra reordenarse ni ofrecer una conducción clara.
La estrategia de Milei incluye sumar a ex Juntos por el Cambio, consolidar a La Libertad Avanza como fuerza nacional con presencia territorial, y tejer acuerdos con gobernadores e intendentes que necesitan fondos y gobernabilidad. La designación de Diego Santilli en Interior es parte de ese movimiento: un gesto hacia sectores dialoguistas, pero bajo control del Presidente.
Mientras tanto, el Partido Justicialista continúa dividido, sin liderazgo definido, con internas expuestas y una conducción formal —encabezada por Máximo Kirchner— que no logra contener a gobernadores ni intendentes. La derrota dejó un “trauma político” profundo: sin relato, sin poder nacional y con temor a nuevas fugas.
El Gobierno se aprovecha de ese vacío. La narrativa de Milei, basada en “la casta” y la eficiencia liberal, mantiene adhesión, mientras el PJ debate puertas adentro sin rumbo claro. Milei construye poder mientras sus adversarios apenas sobreviven, y eso lo deja mejor posicionado no solo para gobernar, sino para proyectar su fuerza hacia 2027 y más allá.
