LA COMPRA DE RESERVAS DEL BCRA PODRÍA LLEGAR A US$ 40.000 MILLONES SIN NECESIDAD DE ESTERILIZAR LA EMISIÓN DE PESOS.

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Consultores financieros presentaron un escenario favorable para la autoridad monetaria argentina: sostienen que el BCRA podría comprar hasta US$ 40.000 millones en divisas sin que esto necesariamente exija una esterilización paralela de pesos (es decir, sin tener que absorber esos pesos emitidos inmediatamente).

La clave de este cálculo está en la nueva composición del mercado de cambio y del financiamiento externo: el ritmo de ingreso de dólares por exportaciones, el levantamiento parcial de controles cambiarios y la expectativa de mayor confianza internacional permiten estimar que la autoridad monetaria no tendría que liquidar el exceso de pesos para evitar la inflación, al menos hasta cierto nivel.

No obstante, el Gobierno se muestra reservado: reconoce el objetivo de incrementar las reservas, pero advierte que hacerlo demasiado rápido podría presionar al tipo de cambio o desencadenar una nueva oleada de inflación.

Entre los factores que permiten esta proyección optimista aparecen:

  • Un escenario de mejora del riesgo país, que reduce costos para acceder a financiamiento externo y alienta entradas de capital.
  • La posibilidad de diversificar los flujos de divisas más allá de exportaciones tradicionales, incluyendo inversión extranjera directa y emisión externa.
  • Un entorno en que la demanda de pesos por parte del sector privado caerías relativamente, lo que deja margen para que el Banco Central acumule sin generar sobrecalentamiento monetario.

Pero ojo: este escenario no está libre de riesgos. Los analistas advierten que si el BCRA efectivamente accede a acumular tanto sin esterilizar pesos, deben cumplirse condiciones previas: mantener el control de la inflación, sostener la credibilidad del peso, evitar que los pesos acumulados se vuelvan presión inflacionaria, y que el tipo de cambio permanezca bajo estabilidad relativa.

En resumen: la proyección es optimista pero depende de varios “sies”. Si alguno de los factores falla —por ejemplo, un salto inflacionario, fuga de capitales, o fuerte depreciación del peso— esa compra masiva de reservas podría convertirse en fuente de desequilibrios en vez de solución.