HÍGADO GRASO: QUÉ COMER PARA REDUCIR LA INFLAMACIÓN Y ELIMINAR LA GRASA ACUMULADA.
El hígado graso —tanto el de origen metabólico como el vinculado a malos hábitos— se convirtió en una de las afecciones más comunes en América Latina. Según detalla la nota, la dieta cumple un rol central para frenar la inflamación y revertir la acumulación de lípidos.
Los expertos subrayan que el primer paso es reducir el consumo de azúcares simples, harinas refinadas y bebidas ultraprocesadas, ya que son las principales responsables del incremento de grasa hepática. La recomendación es reemplazarlas por alimentos con fibra, como frutas frescas, verduras de hoja verde, legumbres y granos integrales, que ayudan a regular la glucosa y disminuir la resistencia a la insulina.
Entre los alimentos más beneficiosos destacan:
- Pescados ricos en omega-3 (salmón, sardina, atún), por su efecto antiinflamatorio.
- Aceite de oliva y frutos secos, que aportan grasas saludables.
- Avena, lentejas y garbanzos, claves para mejorar el metabolismo y reducir grasa abdominal.
- Café, que estudios recientes relacionan con menor riesgo de fibrosis hepática.
También se recomienda limitar de manera estricta el alcohol y evitar los alimentos fritos o con exceso de grasas saturadas, que favorecen la progresión hacia hígado graso avanzado.
La hidratación es otro punto central: el consumo adecuado de agua facilita la depuración natural del organismo y colabora con el funcionamiento hepático. En cambio, las bebidas energéticas o carbonatadas quedan descartadas por su carga de azúcar.
Finalmente, los especialistas recuerdan que el hígado graso tiene mejor pronóstico cuando se detecta en fases tempranas. Combinar una dieta equilibrada con ejercicio regular es la estrategia más efectiva para revertir la inflamación y evitar complicaciones futuras.
