REFORM UK, EL “MILEÍSMO BRITÁNICO”, AVANZA EN EL REINO UNIDO: CRECE SU INFLUENCIA, PERO SIN VOLCAR EL MAPA ELECTORAL
El crecimiento de Reform UK volvió a encender el debate sobre el ascenso de las derechas disruptivas en Europa. El partido, que muchos ya comparan con el “mileísmo británico” por su estilo directo y sus críticas a la élite política tradicional, efectivamente avanzó en intención de voto, ganó visibilidad mediática y comenzó a captar sectores desencantados con los tories. Sin embargo, los números no acompañan la idea de una transformación electoral profunda ni de un derrumbe del laborismo.
En la última elección general, Reform UK obtuvo cinco escaños y alrededor del 14% del voto nacional. Es un salto relevante para una fuerza emergente, particularmente porque logró capitalizar el descontento en zonas donde el Partido Conservador históricamente era fuerte. Sin embargo, este avance no implicó un retroceso significativo para el laborismo, que mantuvo una mayoría holgada y continúa siendo el actor dominante en el Parlamento.
Lo que sí queda claro es que el ascenso de Reform UK está redefiniendo la competencia interna dentro de la derecha británica. El partido se transforma en un polo de atracción para votantes que reclaman políticas más duras en materia migratoria, una administración estatal más austera y posiciones más firmes en relación con la identidad nacional. Ese corrimiento ideológico existe y es palpable, pero aún no se traduce en un quiebre político estructural.
El fenómeno, entonces, debe leerse con equilibrio: Reform UK avanza, molesta al conservadurismo tradicional y expresa una tendencia que se replica en otros países. Pero no “arrasó”, no desplazó a la primera fuerza y no alteró el liderazgo laborista en la Cámara de los Comunes. Su impacto es creciente, pero todavía acotado en términos parlamentarios.
La fotografía actual muestra un Reino Unido donde la nueva derecha gana terreno cultural y electoral, aunque sin modificar de raíz la arquitectura del poder. El proceso está en marcha, pero su alcance real depende de su capacidad para consolidarse más allá del voto de protesta y convertirse en un actor estable dentro del sistema político británico.
