CRISIS EN EL PERONISMO: LA DERROTA ELECTORAL DESATA ACUSACIONES CONTRA CRISTINA KIRCHNER.
 
                UN PARTIDO DIVIDIDO TRAS LA CAÍDA
La derrota dejó al Partido Justicialista sumido en un clima de reproches cruzados y fracturas territoriales. Gobernadores, intendentes y referentes sindicales apuntan a la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner por haber impuesto candidaturas y estrategias sin consenso.
Según reveló Infobae, los reclamos se concentran en tres ejes: el aislamiento de los aliados moderados, la falta de renovación de liderazgos y la distancia con los problemas reales de la clase media y los trabajadores.
Un dirigente bonaerense graficó el malestar interno: “Nos condujo a una elección perdida desde el día uno, sin escuchar a nadie y sin entender el país que cambió”.
ACUSACIONES CRUZADAS Y DESCONCIERTO
En el entorno de la exvicepresidenta admiten que el resultado fue “el peor escenario posible”, pero sostienen que la culpa no es exclusiva de Cristina, sino del conjunto de la dirigencia que “no supo interpretar al electorado”.
Otros sectores, sin embargo, sostienen que el kirchnerismo se convirtió en un lastre para el peronismo: “Mientras Cristina siga manejando el partido, no hay futuro”, afirmó un exfuncionario cercano a gobernadores del norte.
La derrota también afectó la relación entre La Cámpora y los intendentes del conurbano, que cuestionan la falta de estructura y la distancia entre el discurso ideológico y la gestión concreta en los municipios.
LOS GOBERNADORES MARCAN DISTANCIA
Varios mandatarios provinciales comenzaron a reorganizar bloques propios en el Congreso y evalúan conformar una liga federal que dispute la conducción partidaria.
“La etapa de Cristina terminó”, habría dicho uno de ellos tras una reunión reservada en el norte argentino. En ese mismo sentido, senadores del PJ dialoguistas plantean la necesidad de una “reconstrucción sin tutelaje del Instituto Patria”.
UN PERONISMO SIN RUMBO CLARO
A la falta de liderazgo se suma un vacío estratégico: sin conducción nacional, sin proyecto alternativo y con una imagen pública deteriorada, el peronismo enfrenta su peor momento desde 2015.
En las provincias, los jefes territoriales intentan preservar poder local y evitar un éxodo hacia los espacios libertarios o al radicalismo.
Mientras tanto, Cristina Kirchner guarda silencio. Su entorno asegura que “no tiene pensado retirarse”, pero las encuestas y la derrota en su bastión bonaerense la dejan en una posición frágil y con su liderazgo en jaque.
CONCLUSIÓN
La derrota electoral expuso el agotamiento del modelo kirchnerista dentro del peronismo.
Con gobernadores e intendentes marcando distancia y sectores sindicales reclamando renovación, Cristina Kirchner enfrenta el mayor desafío político desde su salida del poder: decidir si sigue aferrada al control del PJ o permite que surja una nueva conducción.

