EL GOBIERNO GANA TIEMPO EN EL CONGRESO Y MUEVE FICHAS EN SU INTERNA Y ENTRE SUS SOCIOS POLÍTICOS.
UNA ESTRATEGIA DE PACIENCIA Y CÁLCULO
El Gobierno decidió postergar definiciones clave en el Congreso para consolidar consensos y evitar fracturas dentro del bloque oficialista y de sus aliados eventuales.
La prioridad de la Casa Rosada es sostener el equilibrio político que le permitió imponerse en las elecciones y no forzar votaciones que puedan transformarse en derrotas legislativas innecesarias.
“Hay que cuidar el capital político y avanzar cuando las condiciones estén dadas”, explicaron cerca del jefe de Gabinete, Guillermo Francos, quien encabeza la tarea de articulación con los gobernadores y legisladores dialoguistas.
LOS MOVIMIENTOS INTERNOS
En paralelo, el oficialismo atraviesa una etapa de reacomodamiento interno.
Milei mantiene bajo análisis cambios en el gabinete para fortalecer la gestión, mientras busca preservar el equilibrio entre el ala política, encabezada por Francos, y la técnica, con figuras como Federico Sturzenegger y Luis Caputo.
La decisión de “ganar tiempo” también responde a la necesidad de reordenar las prioridades legislativas antes del inicio del próximo período ordinario, donde se prevé un nuevo impulso a la reforma laboral y al paquete de desregulación económica.
LOS SOCIOS Y EL NUEVO MAPA DE PODER
El Presidente apuesta a un esquema pragmático: mantener diálogo con los gobernadores que acompañen la agenda de transformación y aislar a los sectores más duros del kirchnerismo, que siguen en una lógica de obstrucción.
En este sentido, los acuerdos con mandatarios como Osvaldo Jaldo (Tucumán) y algunos referentes del radicalismo resultan claves para ampliar la base de apoyo parlamentario.
Al mismo tiempo, Milei envió señales a los bloques aliados de que no habrá cogobierno ni reparto de poder, sino coordinación puntual en temas estratégicos.
UN PRESIDENTE QUE NO CEDE EL CONTROL
En la Rosada aseguran que el Presidente sigue al frente de cada decisión política, supervisando personalmente los movimientos en el Congreso.
El objetivo es claro: garantizar la continuidad del programa económico y evitar que el debate parlamentario se transforme en un obstáculo para las reformas estructurales.
“El Gobierno no improvisa. Administra los tiempos para avanzar con firmeza”, resumió un funcionario de la mesa chica presidencial.
