​El Gobierno proyecta un crecimiento económico superior al previsto para 2025, pero sectores como la construcción y la industria aún enfrentan desafíos.

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El Gobierno argentino anticipa que el Producto Bruto Interno (PBI) crecerá en 2025 más allá del 5% originalmente presupuestado. Esta expectativa se basa en que la economía cerró 2024 con una contracción menor a la esperada, lo que genera un efecto de “arrastre” positivo para el año en curso.

El Estimador Mensual de Actividad Económica (EMAE) de diciembre mostró un incremento del 0,5% respecto a noviembre y un 5,5% interanual, aunque esta última cifra parte de una base baja debido a la fuerte contracción registrada el año anterior. Este resultado implica un “piso” de crecimiento más elevado para 2025. ​

No obstante, algunos sectores aún enfrentan dificultades para recuperarse plenamente. Durante 2024, la construcción cayó un 17,6%, la industria manufacturera un 9,2% y el comercio un 7,5%. Por otro lado, sectores como la agricultura mostraron una marcada recuperación tras la sequía de 2023.

Un informe de la Unión Industrial Argentina (UIA) alerta que las importaciones y los impuestos seguirán afectando a la industria. Además, el aumento de los costos en dólares podría profundizarse si continúa la apreciación del peso, y la vigencia de los controles cambiarios podría restringir la inversión y el empleo privado. Sin embargo, inversiones vinculadas al Régimen de Incentivo a la Inversión y Producción (RIGI) podrían atenuar estos efectos. ​

En resumen, aunque las perspectivas de crecimiento para 2025 son optimistas, es crucial abordar los desafíos que enfrentan sectores clave de la economía para asegurar una recuperación equilibrada y sostenible.