INDIGNACIÓN: SENADORES SE AUMENTARON EL SUELDO Y COBRARÁN MÁS DE $9,5 MILLONES POR MES.

lousteumanoalzada

1. Un nuevo privilegio que indigna a la sociedad
En medio de la crisis económica y el ajuste generalizado, los senadores nacionales volvieron a aumentarse el sueldo, elevando sus ingresos mensuales a más de $9,5 millones brutos. La decisión fue aprobada por amplia mayoría y sin debate público, generando un fuerte rechazo ciudadano.

2. Cómo se compone el aumento

  • El nuevo esquema incluye dietas, desarraigo, gastos de representación y pasajes, todos actualizados por la inflación.
  • En abril ya se habían otorgado un fuerte incremento, pero ahora duplicaron el monto mensual, con lo cual superan ampliamente lo que gana el Presidente de la Nación o cualquier funcionario del Poder Ejecutivo.

3. Oposición y oficialismo, de acuerdo en lo importante (para ellos)
A pesar de las diferencias discursivas, el aumento fue avalado tanto por senadores oficialistas como de la oposición tradicional, en una muestra de “solidaridad corporativa” que dejó afuera de la discusión a los ciudadanos que pagan los sueldos.

4. Reacción del Gobierno nacional
Desde el entorno de Javier Milei, fuentes oficiales calificaron el aumento como “una cachetada al esfuerzo del pueblo” y no descartaron impulsar medidas para transparentar y reducir los privilegios legislativos, aunque el Ejecutivo no tiene injerencia directa sobre los sueldos del Congreso.

5. Rechazo social creciente

  • En redes sociales se multiplicaron las críticas, con el hashtag #QueDevuelvanLaPlata entre los más usados.
  • Organizaciones civiles y referentes sociales llamaron a manifestarse contra el abuso de privilegios y exigir un Congreso más austero.

6. El contraste con la realidad del país
Mientras un trabajador promedio no llega a $500.000 al mes y el Estado ajusta partidas en salud, educación y programas sociales, los senadores se aseguran ingresos millonarios, confirmando una vez más el divorcio entre la clase política y la ciudadanía.

7. Conclusión
En un país que exige sacrificios y esfuerzo, los senadores se autoasignan lujos impagables. La desconexión con la realidad no es solo económica: es moral.
La pregunta ya no es por qué lo hacen, sino hasta cuándo se lo vamos a permitir.