LOS SECRETOS DEL TROFEO DEL MUNDIAL: CURIOSIDADES Y POR QUÉ NINGUNA FEDERACIÓN PUEDE QUEDÁRSELO.

Datos poco conocidos sobre el trofeo de la Copa del Mundo, una pieza única que despierta fascinación en jugadores, dirigentes y fanáticos. El artículo explica que la copa actual, utilizada desde 1974, es un diseño del italiano Silvio Gazzaniga y está hecha principalmente de oro macizo de 18 quilates, con una base de malaquita verde. Su peso total supera los 6 kilos y mide 36,8 centímetros.

Una de las curiosidades centrales es que, a diferencia del antiguo trofeo Jules Rimet, el actual no puede quedar en manos de ninguna federación, sin importar cuántas veces un país gane el Mundial. Esto se debe a que la FIFA estableció normas de preservación estrictas luego de que el trofeo original fuera robado en 1983 en Brasil y nunca recuperado. Desde entonces, la organización decidió que el trofeo auténtico solo puede exhibirse bajo medidas de seguridad excepcionales.

La nota detalla además que las selecciones campeonas reciben una réplica chapada en oro, no el trofeo real. El original se guarda en una ubicación reservada por la FIFA y solo se muestra en eventos oficiales, transportado bajo protocolos similares a los utilizados para obras de arte de altísimo valor.

Entre otros datos llamativos, el artículo menciona que la copa original casi no circula fuera del control de la FIFA y que solo un puñado de personas está autorizado a tocarla sin guantes: campeones del mundo, jefes de Estado y autoridades específicas del organismo. También se destaca que la superficie del trofeo tiene espacio para grabar los nombres de las selecciones ganadoras hasta el Mundial de 2038.

La historia del trofeo incluye momentos curiosos, desde extracciones accidentales durante celebraciones hasta errores de grabado que debieron ser corregidos tras ediciones recientes del torneo.

En definitiva, la Copa del Mundo es mucho más que un símbolo deportivo: es un objeto valioso, blindado y cargado de historia, cuya custodia está rodeada de reglas estrictas para evitar que se repita su pérdida irreparable en el pasado.