“TODO FUE POR JUSTICIA”: LA DECLARACIÓN QUE CAUSA HORROR.

Pablo Laurta

Durante su traslado desde Gualeguaychú hacia la ciudad de Concordia, Laurta rompió el silencio con frases que escandalizaron a la opinión pública. Ante cámaras, afirmó: “Todo fue por justicia”.

No tuvo más señales de arrepentimiento; caminó con la mirada ladeada hacia una periodista local y sostuvo declaraciones provocadoras. Al ingresar a la fiscalía, se dirigió a los medios con otra frase explícita: “Tienen que venerarlo, es un mártir”.

Estas expresiones ensombrecen aún más un caso que ya conmocionaba al país. Las autoridades de Entre Ríos hallaron un cuerpo decapitado y sin brazos dentro de una bolsa, que indicios apuntan a que podría ser el remisero Martín Sebastián Palacio, imputado por haber sido contratado por Laurta en un trayecto que terminó en tragedia.

La justicia debe ahora avanzar en la imputación por las distintas causas en las que Laurta ya está vinculado: el doble femicidio en Córdoba, la desaparición y muerte del remisero y el secuestro de su hijo.

Este tipo de declaraciones no sólo agravan la gravedad del delito: reflejan una lógica de justificación moral atroz, que niega el dolor de las víctimas y exige a la sociedad reverenciar lo indecible como algo heroico.