UN PROYECTO PRIVADO BUSCA DESPLAZAR A NÉSTOR OTERO, EL “ZAR DE RETIRO”, TRAS 32 AÑOS DE CONCESIÓN IRREGULAR.

Néstor Otero, conocido como el “zar de Retiro”, mantiene desde hace 32 años el control de la terminal de ómnibus más importante del país. Su concesión, otorgada en 1993 y prorrogada irregularmente por Ricardo Jaime —exsecretario kirchnerista condenado por corrupción—, venció hace 10 años pero nunca fue revocada.
El negocio es millonario: por Retiro pasan unas 100 mil personas a diario y allí funcionan locales comerciales, gastronomía e incluso una morgue. En 2024, el gobierno de Javier Milei intentó presionar con un aumento del canon de $3,6 millones a $34,2 millones mensuales, pero Otero resistió y logró mantenerse.
Ahora aparece un competidor serio: una Unión Transitoria de Empresas encabezada por el grupo Narváez, junto a Inversiones Peirod e Inverlat Investment, presentó un plan para remodelar y modernizar la terminal con una inversión de $100.000 millones. El proyecto incluye un hotel internacional, centro de convenciones, playas de estacionamiento, polo gastronómico y una feria turística con presencia de las provincias. La propuesta contempla además un canon de $100 millones mensuales, casi el triple de lo que paga actualmente Otero.
La gran incógnita es si finalmente esta iniciativa podrá desplazar a un empresario que, pese a condenas y cuestionamientos, supo sobrevivir a todos los gobiernos y conservar su lugar en uno de los negocios más rentables del transporte argentino.