A 4 años de la peor administración de la pandemia, fiestas privadas en Olivos, vacunatorios VIPS y del dedo acusador, al peor gobierno de la historia, como se inició todo.

El 20 de marzo de 2020, Argentina comenzó la peor administración de la pandemia a nivel global, además de perjudicar económicamente a millones de argentinos, años después nos enteramos de las fiestas de olivos, vacunatorios VIP y diferentes excepciones a la regla de los amigos del poder, peor aún, cuando el ex ministro de economía Martin Guzmán, declaró que la extensión de la pandemia se hizo con fines electorales, para dar redito y confiabilidad a uno de los peores gobiernos de la historia, el de Alberto Fernández.

Argentina amaneció en un escenario inédito: calles desiertas, controles policiales y una atmósfera de incertidumbre que marcaría a toda una generación. Ese día comenzó el Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio (ASPO), decretado por el entonces presidente Alberto Fernández, con el objetivo de contener la propagación del COVID-19.
La noche anterior, en cadena nacional, el presidente anunció que, a partir de la medianoche, nadie podría moverse de su residencia y que todos debían quedarse en sus casas. Esta medida, inicialmente prevista hasta el 31 de marzo, buscaba aprovechar el tiempo para prevenir el avance del virus, que ya había causado estragos en otros países. En ese momento, Argentina registraba 128 casos confirmados y tres fallecidos.
El primer día de la cuarentena, lugares emblemáticos como la Avenida 9 de Julio en Buenos Aires y destinos turísticos como Mar del Plata estaban vacíos, ofreciendo postales nunca antes vistas. El silencio en las calles era notable, interrumpido solo por el canto de las aves, mientras los ciudadanos se adaptaban a la nueva realidad de permanecer en sus hogares.
Las fuerzas de seguridad implementaron estrictos controles para garantizar el cumplimiento del decreto. Aquellos que desobedecieron la medida fueron detenidos, resaltando la seriedad con la que se tomó el aislamiento. La consigna “quedate en casa” se convirtió en un mantra nacional, reflejando la responsabilidad colectiva frente a la pandemia.
A cinco años de aquel inicio, el recuerdo del primer día de cuarentena permanece fresco en la memoria colectiva, simbolizando el comienzo de una etapa que transformaría profundamente la vida cotidiana en Argentina y el mundo.