ACERCAMIENTO ESTRATÉGICO: MILEI Y LA UCR NEGOCIAN EN SILENCIO UN ACUERDO ELECTORAL DIVIDIDO POR FACCIONES.

TRIANGULO DE HIERRO

1. Negociación en marcha, pero sin fotos
El Gobierno de Javier Milei y sectores de la Unión Cívica Radical (UCR) mantienen conversaciones reservadas y segmentadas, con el objetivo de explorar alianzas electorales para los comicios legislativos de octubre. No hay mesas formales ni voceros oficiales: todo se maneja en discreción.

2. Contactos divididos por tribus internas
La UCR no es un bloque uniforme.

  • Un sector más liberal, cercano a Maximiliano Abad y Rodrigo De Loredo, muestra afinidad con el mileísmo y ya articula en provincias.
  • El ala tradicional, ligada al alfonsinismo y figuras como Gerardo Morales o Emiliano Yacobitti, rechaza cualquier acercamiento al oficialismo libertario.

3. Qué busca cada parte

  • El Gobierno necesita ampliar su base parlamentaria para sostener reformas estructurales.
  • La UCR ve en el oficialismo una vía para preservar espacios de poder y evitar la irrelevancia, luego de la implosión de Juntos por el Cambio.

4. Un acuerdo pragmático, no ideológico
No se trata de una fusión, sino de acuerdos puntuales por provincia, con listas mixtas o apoyo cruzado. En Córdoba, Mendoza y CABA ya hay conversaciones concretas.

5. Milei habilita pero no se muestra
El Presidente permite el acercamiento, pero no participa personalmente. Delega el vínculo en su círculo político, con Karina Milei, Martín Menem y Guillermo Francos como interlocutores clave.

6. Riesgos y tensiones

  • En la UCR temen una fuga de votantes progresistas si se formaliza un pacto con Milei.
  • En el oficialismo hay sectores que no ven con buenos ojos “reciclar” a radicales, aunque valoran sumar estructura.

7. Qué se espera
Si el acuerdo avanza, podría cristalizarse en alianzas provinciales a fines de junio, de cara al cierre de listas. Sería un movimiento clave para Milei, que busca romper el empate legislativo y consolidar poder territorial.

8. Conclusión
El mileísmo y parte de la UCR se miran con desconfianza, pero también con necesidad. Si la alianza prospera, podría redibujar el mapa político y enterrar definitivamente al viejo esquema de coaliciones del sistema argentino.