Más preocupados por la interna que por la gente: Kicillof y CFK, una guerra que paraliza al PJ mientras la Provincia se hunde.

La feroz interna entre Axel Kicillof y Cristina Kirchner dejó de ser una diferencia política para convertirse en una guerra de poder que tiene al peronismo bonaerense completamente paralizado. A casi cinco meses del cambio de gobierno nacional, el PJ aún no logra recomponerse ni definir liderazgos, porque sus principales figuras están más ocupadas en disputarse el control que en resolver los verdaderos problemas de la provincia.
Mientras tanto, Buenos Aires está a la deriva. Según datos oficiales, la inseguridad creció un 18% en el último año, con récords de robos violentos en el conurbano. El avance del narcotráfico ya no se limita a Rosario: en distritos como San Martín, La Matanza o Florencio Varela, se detectaron redes narco con fuerte presencia territorial. A eso se suma la expansión de villas y asentamientos, que aumentaron un 25% desde 2020, según un informe de la UCA.
Lejos de abordar estas urgencias, Kicillof y Cristina mantienen una guerra fría que comenzó con diferencias “ideológicas” y estalló cuando la expresidenta apoyó la candidatura de Massa, excluyendo al gobernador. Hoy ni se hablan. El PJ bonaerense, liderado formalmente por Máximo Kirchner, quedó inmovilizado, sin capacidad de reordenar a la tropa ni ofrecer una alternativa seria.
El mensaje que llega a los bonaerenses es claro: mientras el conurbano arde, la dirigencia K sigue enfrascada en su interna eterna.