¿Cinco días de comida chatarra? Suficientes para alterar cómo el cerebro regula el hambre. Así impacta la obesidad en tu cabeza, según la ciencia.

COMIDA CHATARRA

Un nuevo estudio científico reveló que bastan solo cinco días de alimentación basada en comida chatarra para que se altere el funcionamiento del cerebro en el control del apetito. La investigación, realizada por la Universidad de Yale, detectó que este tipo de dieta genera una desconexión entre los sistemas neuronales que regulan el hambre y la saciedad, lo que puede desencadenar un ciclo de sobrealimentación.

El estudio fue realizado con imágenes de resonancia magnética funcional, mostrando cómo el consumo de alimentos ultraprocesados y altos en grasas afecta la comunicación entre el hipotálamo y otras regiones cerebrales. Esto provoca que el cuerpo no registre correctamente cuándo está lleno, lo que facilita el aumento de peso y complica el control de la ingesta.

Los expertos advierten que la obesidad no es solo un problema metabólico, sino también neurológico, y que este tipo de alteraciones pueden ser más difíciles de revertir con el tiempo si no se cambia la alimentación. El hallazgo refuerza la importancia de una dieta equilibrada desde edades tempranas y pone en el centro del debate el rol de la industria alimentaria y los hábitos modernos.

En síntesis, la comida chatarra no solo afecta el cuerpo: también reprograma el cerebro, afectando la voluntad y el autocontrol.