El Gobierno anunciará la privatización de AySA y y te contamos el plan “candado” para no volver a ser estatizada.

aysa

El Gobierno de Javier Milei se prepara para anunciar la privatización de Aysa, la empresa estatal de agua y saneamiento, como parte de su plan de reforma estructural. La venta se enmarca dentro de la Ley Ómnibus, y no solo contempla la transferencia al sector privado, sino que incluirá mecanismos para impedir una futura reestatización.

La estrategia contempla cambios en el marco regulatorio y contractual que dificulten una reversión del proceso, incluso si cambia el signo político del gobierno. Entre las opciones, se evalúan concesiones de largo plazo con cláusulas de indemnización muy costosas en caso de rescisión. La idea es blindar jurídicamente la operación para enviar señales de previsibilidad al mercado.

Fuentes oficiales señalan que Aysa tiene un déficit operativo millonario y una gestión históricamente politizada. El Ejecutivo considera que su privatización es clave para cortar con el modelo de subsidios cruzados y abrir el juego a inversiones en infraestructura.

La medida será anunciada en los próximos días y se suma a una lista de empresas a privatizar que incluye a Aerolíneas Argentinas, Télam y los medios públicos. El Gobierno busca reducir el gasto público, eliminar privilegios y dar una señal de irreversibilidad del rumbo liberal.

Dentro del oficialismo, algunos plantean acelerar incluso el traspaso a provincias de otras empresas con fuerte carga política, como el Belgrano Cargas o Trenes Argentinos. La lógica es clara: desarmar el aparato estatal construido en los años kirchneristas y convertirlo en una nueva matriz de gestión basada en eficiencia y mercado.